Un
aspecto que ya he señalado unas cuantas veces es que lo único que une a los
golpistas catalanes entre sí, y que supera el odio que se tienen unos a otros,
es el odio a España y a los españoles (sentimiento paradójico, puesto que
Cataluña es España desde que dejó de ser la Marca Hispánica, y consecuentemente
los catalanes nunca han sido otra cosa que españoles).
Pues
bien, parece que ni incluso ese sentimiento es capaz de amalgamarlos. Con
motivo de la salida de España de Su Majestad el Rey don Juan Carlos I, a quien
Dios guarde muchos años, los golpistas se han dedicado a tirarse los trastos a la cabeza: mientras Juntos por Cataluña (es decir, Cocomocho… creo)
pedía la cabeza de Sin vocales, los ierreceos (es decir, el
bleferóptico con sobrepeso) reclamaban la de Su Majestad el Rey don Felipe Vi,
a quien Dios (también) guarde muchos años.
Si
es lo que yo digo: a poco que les dejáramos en paz, se destrozaban entre ellos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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