Si
en La prueba nos encontrábamos a unos Han, Luke y Leia que podríamos
llamar crepusculares, al borde de la jubilación pero siempre listos para
una última aventura (Lando Calrissian también aparecía, pero ese parece que no
se jubilará jamás), en esta novela es todo lo contrario.
Para
empezar, de los tres grandes sólo aparece el coreliano, viviendo a salto
de mata como acostumbraba cuando debutó en el Episodio IV y siempre en busca de
ese negocio redondo que le permita, de una vez por todas, saldar sus cuentas
con Jabba el hutt.
Y
luego, la novela es (creo) un indisimulado homenaje a Sospechosos habituales
(de hecho, creo que alguna versión de la portada americana es un trasunto del
cartel de la película, con Han, Chewie, Lando y demás ocupando las posiciones
de Benicio del Toro, Kevin Spacey y el resto de los protagonistas de la
película). Es la historia de un robo, dentro de una estafa, dentro de un engaño
(¿o es al revés?), donde nada ni nadie es lo que parece y donde todo cambia al
más mínimo descuido.
El
autor es Timothy Zahn, probablemente la figura más relevante del Universo
Expandido -al fin y al cabo, prácticamente lo puso en marcha él solo (tebeos y
demás no cuentan) con su trilogía de principios de los noventa- y creador de
alguno de sus personajes más carismáticos (de Mara Jade al almirante Thrawn).
Aquí incluso logra hacer suyos personajes ajenos -creo recordar que Sombras
del Imperio, con los falleen y el príncipe Xizor a la cabeza, no salió de
su pluma- y crear otros que, aunque bribones, resultan tan atractivos que te
quedas con ganas de conocer otros líos en los que anduvieran metidos.
Y
luego está esa revelación final, similar (de nuevo, creo) a la de la película
mencionada, que pone todo patas arriba y le da un giro de tuerca de lo más
interesante a la historia.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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