miércoles, 19 de agosto de 2020

Coronavirus (158)

Cada vez que alguien en este país hace alguna estupidez, se suele decir que en España ya no cabe un tonto más. Y eso es cierto: lo que pasa es que el tonto no ha entrado desde fuera, sino que ya se encontraba dentro y ha sido recientemente cuando se ha manifestado (y nunca mejor empleada la expresión, como se verá). Es decir, que aunque el número de oligofrénicos aumenta sin parar, el total de habitantes de España permanece invariable, y son los presuntos inteligentes los que disminuyen.
Hace unos días, hubo una manifestación en Madrid donde una multitud -una muestultitud, habría que decir- se concentró en la plaza de Colón para, sin mascarillas, defender que la pandemia es una farsa. Una postura semejante es la del ambiguo bailarín panameño, al que de tanto aceite como ha perdido parece que le patina la neurona, y defiende que todo esto es una conspiración de Dios (o el diablo) sabe qué poderes ocultos.
Si este desgobierno que padecemos no falseara las cifras, ni ocultara los muertos, ni dijera que todo va bien; en resumen, si hubiera actuado como debería haber actuado, quizá la gente sería más consciente del peligro que tenemos encima, y los manifestantes se habrían dado cuenta del riesgo que corrían. Pero no lo hicieron.
Por ello, y por mucho más…
¡¡¡EL GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!

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