Hace
poco he leído que Megan Rapinoe -no sé si la afirmación es cierta o apócrifa- venía
a decir que Cristiano Ronaldo era mejor jugador de fútbol que Lionel Messi,
porque ha triunfado en tres equipos diferentes (Manchester United, Real Madrid
y Juventus de Turín), mientras que el rosarino lo ha hecho en sólo uno, el Fútbol
Club Barcelona. A esto añadiría que Messi no se ha comido un colín con la
selección argentina, mientras que Ronaldo ha sido campeón de Europa con Portugal.
Es
indudable que Messi tiene un talento descomunal para el fútbol, como también lo
es que consiguió el éxito en el Barcelona al coincidir con una generación
excepcional de futbolistas y en un estilo de juego levantado en función (o
alrededor) de él. Es cierto que ha sabido reinventarse (los años pasan para
todos), pero su capacidad de desequilibrar permanece (casi) intacta.
El
Real Madrid de Cristiano Ronaldo jugaba bastante en función del portugués. Sin embargo,
su marcha no les sumió en el abismo; al contrario, ha permitido que Karim Benzema
juegue con más libertad y, de hecho, este año han ganado la Liga española. El Farça,
en cambio, sigue girando en torno a Messi, y no se atisba recambio serio, ni
reformulación de estrategias. Por ello, no es extraño que salten las alarmas cuando se dice que el diez azulgrana sopesa seriamente marcharse del club.
No
será porque no lo he dicho veces, pero han hecho (por no hacerlas) las cosas
fatal. Claro, que también he repetido sin cesar que dónde va a estar Messi,
deportivamente hablando, mejor que en el Barcelona.
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