Obsesionados como están con alcanzar el poder en la comunidad de Madrid, la izquierda se está centrando tanto en Isabel Díaz-Ayuso, venga o no venga a cuento, que desde mi punto de vista le están haciendo la campaña.
Entre los que viene a cuento
-puesto que se presenta, aunque desde ya vaticino que no sacará más de nueve
parlamentarios, ya que el ex JEMAD es el décimo, y ya sabemos que ese hombre
gafa la lista en la que se presenta- está el marqués de Galapagar. Según el titular, cerrará el Hospital Enfermera Isabel Zendal si gobierna en Madrid (un si
bastante grande, puesto que en todo caso sería, a tenor de todos los pronósticos,
la fuerza con menor peso del conglomerado anti Ayuso, en dura pugna con los pomelos).
Leído el artículo no dice exactamente eso, pero demostrado queda que los de
derechas podemos ser tan demagógicos como los de izquierdas; además, no descarto
que lo cerraría si pudiera… pero tener un hospital cerrado, con la que tenemos
encima, haría que le cayeran encima hostias como panes en tal cantidad que no
habría suficientes guardaespaldas ni miembros de la Benemérita para protegerle.
Entre los que no viene a cuento -desde mi punto de vista- están los altos cargos del ninisterio de Defensa, que se quejan de que tuvieron que esperar más de una hora y media, en una cola al aire libre. Opinan que había pocos puestos de vacunación para unas instalaciones inmensas y el elevadísimo número de personas citadas. Evidentemente, cuando uno se vacuna de tapadillo, saltándose las colas y los protocolos establecidos (como ocurrió con las vacunaciones en el Estado Mayor de la Defensa, que acabaron con la dimisión en enero del JEMAD), estas cosas no ocurren.
Por ello, y por mucho más…
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