Como suelo decir a menudo, la coincidencia entre un político español de izquierdas y la verdad se produce sólo por casualidad o por error. Es decir, que mienten más que hablan.
Y esto ocurre con prácticamente
todos ellos. Siendo misericordiosos, la ideología que profesan les ciega de tal
manera que ven el mundo no como es, sino como ellos piensan que es. Y luego,
eso sí, se niegan a reconocer que han mentido como los bellacos que son
(también podría decir que, como los bellacos que son, se niegan a reconocer que
han mentido).
Porque Ñoñilondo II mintió
en relación con las cifras de la pandemia relativas a Madrid. Y en lugar de
reconocer que mintió y disculparse, ha preferido manipular los datos, añadiendo
la contumacia a la infamia.
Por ello, y por mucho más…
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