Cuando la izquierda gobierna en España, somete todos los resortes del poder a su voluntad. Es posible que la derecha haga lo propio, o lo intente, pero creo que se les nota un poco menos.
La Abogacía General del Estado ha
pasado, así, a ser la Abogacía Particular del Gobierno. Del desgobierno socialcomunista
que tenemos la desgracia de padecer, quiero decir. No defiende, por tanto, los
intereses generales de España y los españoles, sino los particulares y espurios
del desgobierno. Y por lo tanto se muestra favorable a conceder el indulto a los golpistas catalanes, al considerar reparado el perjuicio económico.
Quizá de esa pena se les podría
indultar. Pero como los condenados no muestran arrepentimiento ni propósito de
la enmienda sino, muy al contrario, engreimiento y contumacia, deberían seguir
entre rejas hasta que cambien de idea o hasta que las ranas críen pelo, lo que
ocurra antes.
Que por ahí andará, más o menos…
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