Un rasgo común a todos los sistemas totalitarios es el de pretender formar la mentalidad de las personas desde su más tierra infancia. Si les lavas el cerebro cuando son pequeños, cuando crezcan los tendrás controlados.
Ocurrió -supongo, no lo viví- con
la asignatura de Formación del Espíritu Nacional durante el franquismo. Durante
el rodrigato se pretendió sacar adelante la asignatura que llamaron Educación
para la ciudadanía, y ahora es el Chepas, ese aspirante a tirano financiado
por dos regímenes asesinos -el venezolano y el iraní- el que -caso de llegar al
poder en la Comunidad de Madrid… Dios no lo permita- el que quiere imponer lo
que llama educación afectivo-sexual en los colegios, poniéndola al mismo
nivel que Matemáticas o Lengua -lo cual no es decir gran cosa, visto el nivel
actual de las asignaturas, a tenor de cómo salen los chavales del colegio-,
blindando por ley la imposibilidad de objeción parental -ya sabemos que para
esta gente los niños no pertenecen a los padres- y revisando los conciertos
educativos.
Pavor produce, de verdad.
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