Toni Cantó es uno de esos bichos raros de la política actual. No sólo sabe dar un discurso correcto en lo meramente formal -es indudable que el ser actor (con independencia de si es bueno o malo, ahí no entro porque no lo sé) le da una soltura hablando (como, por ejemplo, a Ronald Reagan, y no comparo) de la que carecen, en general, los demás-, sino que además su contenido suele ir al grano.
Y ese grano es, con frecuencia,
la izquierda, su hipocresía, su sectarismo y su incoherencia. Y lo ha hecho
tanto en el Congreso de los Diputados como en la asamblea legislativa regional
valenciana. La última, de momento, ha sido en Televisión Española, donde denunció la manipulación de la cadena pública estatal.
La presentadora, lógicamente, ni se lo creía.
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