La izquierda española en general, y los neocom en particular, presumen (entre otras cosas) de feminismo. Sin embargo, tanto la Historia -es decir, el pasado- como el presente los dejan por lo que son, unos ignorantes en el mejor de los casos (o en el más piadoso para con ellos), y unos embusteros en el peor.
Porque si bien es cierto que fue
en la segunda república cuando las mujeres obtuvieron el derecho al sufragio
activo, no es menos cierto que si lo consiguieron no fue precisamente gracias a
los partidos de izquierdas, que pensaban que una irrupción en masa del voto
femenino disminuiría sus posibilidades de victorias electorales.
Y, en la actualidad, en el
partido morado sigue rigiendo la bragueta del mamarracho alfalfa, que
conforme salta de favorita en favorita las encumbra a las más altas (i) responsabilidades
o las castiga detrás de una columna. Y aunque proclame su deseo de que la Yoli
sea la primera mujer que encabece un gobierno en España, la realidad es que
quien la ha colocado ahí ha sido él (sólo le ha faltado añadir y no olvides
que, si yo te he creado, también puedo destruirte).
Más recientemente, cuando han considerado
que Vox había ensuciado una plaza de Vallecas por atreverse a dar
un mitin allí, han enviado a sus hordas primero a apedrearles, y luego a
limpiar la plaza. Pero si en el primer caso lo que habían era primates
masculinos (y que me perdonen los póngidos), quienes fregaban la plaza eran mujeres y niñas.
Como digo, de lo más feminista…
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