En España, la libertad de pensamiento en política es muy peligrosa. Si perteneces, además, a un partido de izquierdas, o separatista (o las dos cosas), es más peligrosa todavía.
En las últimas entradas dedicadas
al tema he señalado que un parlamentario regional catalán, se había negado a
apoyar mociones contra la Corona o a favor de la autodeterminación, a pesar de
ser abogado de Cocomocho.
Esto ha ido seguido de dos consecuencias
lógicas: la primera, que ha pedido perdón por sus declaraciones (algo he leído
de que por causa de su familia, así que ya tenemos otra muestra de la clase de
mafia que rige los destinos de la región); la segunda, que la petición de perdón
no le ha servido absolutamente de nada, puesto que Juntos por Catetonia
le ha retirado del puesto de secretario segundo de la mesa de la asamblea
legislativa regional.
Así se las gastan por allí. Con esos gobierna el psicópata de la Moncloa.
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