Las declaraciones de los candidatos del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid oscilan entre los esperpéntico y lo deleznable. Y sí, digo candidatos, en plural, porque aunque el cabeza de lista es Ángel Gabilondo, el psicópata de la Moncloa se ha volcado de tal modo en la campaña que parece que es su poltrona la que está en juego.
El candidato oficial
alerta del advenimiento de un independentismo de derechas madrileño. Uno
lee el artículo y ve que lo que quiere decir no es exactamente que Madrid
pretenda separarse del resto de España, aunque sería una buena manera de echar
al psicópata del palacio de la Moncloa. Lo que dice es algo peor, porque
muestra a las claras la mentalidad de la izquierda: según Gabilondo, les
gusta adoptar esa actitud reacia con el Gobierno de España, cuando demuestran
insolidaridad, cuando no dan ayudas directas a la hostelería en Madrid.
Quizá es porque la derecha, en lugar de dar un pez, prefiere enseñar a pescar;
o, en el caso que nos ocupa, dejar que la hostelería siga pescando… clientes.
En cuanto a Sin vocales,
sigue hablando de la foto de Colón. Lo que ocurre es que, como ahora el partido
pomelo es el tonto útil (más tonto que útil, la verdad) del partido de los
de la mano y el capullo, no puede hablar de trío, y se limita a hacerlo
de dúo. Y eso lo dice, además, quien gobierna con comunistas y se apoya
el golpistas y terroristas (y esto no es una metáfora, es un hecho).
A este paso, las cotas de absurdidad que pueden alcanzar antes del primer Martes de Mayo pueden alcanzar proporciones colosales.
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