Parece que entre los del mundillo golpista que tienen algo de conocimiento del mundo del Derecho, y de las consecuencias que acarrea en un sistema como Dios manda el saltarse las normas, empieza a cundir el sentido común o, al menos, la prudencia.
Que un letrado, aunque sea el de Cocomocho,
se niegue a tramitar -es además parlamentario regional- propuestas separatistas,
a favor de la autodeterminación o contra la Corona, entra dentro de lo
razonable; que esa misma persona considere que defender la libertad de
expresión y denunciar que hay presos políticos es una tontería sorprende
por lo atinado del juicio. Como también sorprende el silencio del propio Cocomocho
y de la presidente de la cámara legislativa regional, la retóricamente
aguerrida Laura Borrás (que, haciendo honor a su apellido, debe haber hecho
borrón y cuenta nueva).
Por lo que dice el artículo, se
habría producido un cambio de registro del partido neoconvergente, que
pasaría de la desobediencia y la unilateralidad a lo que se ha dado en llamar
una confrontación inteligente.
Sí, lo sé, la inteligencia y esta gente se dan de bofetadas…
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