En la primera entrada de hoy hago referencia al caso del Prestige, al rédito electoral que los de la mano y el capullo le sacaron y al hecho de que no les habría importado otro desastre semejante con tal de poder echarle la culpa a la derecha.
Lo han intentado con los pelets, y el tiro
les ha salido por la culata: ni el volumen de contaminación ha alcanzado el del
petrolero, ni ha sido Galicia la zona más perjudicada, ni la culpa es de la
derecha, ni la atención pública ha estado demasiado tiempo pendiente del tema.
Así que los de la mano y el capullo tuvieron que buscar otra estrategia (cada vez les van quedando menos) para movilizar a su electorado (cada vez más disminuido).
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