Vamos a asumir, como punto de partida que el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, con el psicópata de la Moncloa al frente y todos los miembros de la coalición Frankenstein que lo sustenta -lo peorcito de cada casa- es una panda de autócratas liberticidas, que tienen como objetivo subvertir el orden constitucional y perpetuarse en el poder.
Repito, vamos a tomarlo como cierto a efectos
dialécticos, aunque pudiera no serlo (yo pienso que es cierto, pero ese es otro
tema). Entonces, ¿por qué mantienen las formas? ¿Por qué elaboran normas, piden
dictámenes (no todos los preceptivos) y admiten, al menos formalmente las
reglas del juego democrático?
¿Es que el socialismo del siglo XXI consiste,
no en alcanzar el poder mediante una revolución, sino en llegar a él democráticamente
para luego, poco a poco y a través de lo que (creo recordar) en Venezuela
llamaron leyes habilitantes, desmontar el sistema desde dentro de modo
que la alternancia sea imposible y detenten el poder de manera indefinida?
La segunda parte de esta entrada no la tenía
pensada cuando me puse a escribirla… pero la verdad es que asusta. Mucho.
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