En estos tiempos de ideología woke, corrección política y demás pamemas progres, cualquiera que se salga del discurso oficial es tildado de peligroso o, directamente, de loco.
Y eso es lo que ocurre con el recién elegido presidente de Argentina. Al
no ser un político profesional (creo), y actuar en contra de lo que viene
siendo costumbre en su país desde hace tres cuartos de siglo, son muchos los
que se le han puesto en contra.
Por eso tiene mayor mérito el hecho de que haya sido en el Foro de Davos, especie de conciliábulo mundial de todo lo que digo al principio de esta
entrada, donde haya elevado un discurso de alabanza al capitalismo.
Un poco loco sí que hay que estar, para meterse en semejante berenjenal…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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