La malhadada ley Sánchez-Montero (conocida generalmente como ley del sólo sí es sí) tenía como objeto proteger y defender a las mujeres, castigando a sus agresores sexuales (varones, naturalmente).
Sin embargo, los ignaros que la promovieron han conseguido el efecto diametralmente opuesto, ya que muchos violadores y agresores sexuales han visto reducidas sus condenas o, directamente, han sido puestos en libertad como consecuencia de la aplicación de la norma.
Algunas dicen
que ya lo veían venir pero callaron… y luego han sido designadas para la
presidencia del máximo órgano consultivo del desgobierno socialcomunista que
tenemos la desgracia de padecer. Quizá sea porque se trata de una jurista de
desconocido prestigio.
Ahora, con la ley de amnistía por la que
Sánchez le baja los pantalones a toda España delante de los secesionistas
catalanes, se puede producir un efecto colateral igual de perverso: que
resulten también beneficiados por ella los responsables de los secuestros, el terrorismo callejero, la persecución y los sabotajes perpetrados por la banda
terrorista vasca de ultraizquierda.
No estoy yo demasiado seguro de que esta derivada resulte completamente inesperada allá en la Moncloa.
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