Con ser malo el que la izquierda española sea completamente nula a la hora de gestionar como Dios manda (cosas de ser ateos, supongo) la economía (o, ya puestos, casi cualquier cosa), es peor cuando, además, toman a la gente por idiota. Es decir, que les consideran al mismo nivel intelectual -y hasta ético- que aquellos que les votan.
Y la cosa tiene más sarcasmo todavía
(coincidencias de las fechas de publicación de las entradas) si consideramos
que, para no reconocer el castañazo que se han metido en las elecciones
regionales gallegas, dijeron aquello de la tierra, para el que la trabaja.
Porque si algo está haciendo el desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer (diría que a conciencia,
si pensara que tienen una) es cargarse el sector primario español. Y luego
hacen lo que han hecho, o han intentado hacer, toda la vida: promover subsidios, para tener un nicho de apesebrados.
Encima, la tucán de Fene, añadiendo el
insulto a la ofensa, demuestra que habla sin pensar, al decir que se podrá volver a disfrutar del desempleo. Naturalmente, es una elipsis, porque
entiendo que lo que quería decir era de la prestación por desempleo;
pero lo peor es que la expresión aparece en la nota de prensa, con lo que,
además, no leen lo que escriben.
No contenta con destrozar el sector primario, puso sus miras en el
secundario, preparando un torpedeo de medidas contra las empresas españolas. Y
todo ello lo hace desde su residencia oficial, un piso en Madrid de
cuatrocientos cuarenta y tres metros cuadrados en pleno paseo de la Castellana por el que no paga un céntimo.
Pero sufre, porque vivir en Madrid es, para ella, una condena.
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