De vez en cuando menciono en tono (parcialmente) de guasa que, dejados a su albur, los giliprogres se extinguirían, ellos solitos, en un par de generaciones, dada su querencia por el aborto, la eutanasia y los emparejamientos homosexuales.
Naturalmente, semejante afirmación no es
sostenible. Por poner un ejemplo, muchos de los rojos de ahora son hijos
o nietos de los azules del franquismo. Es decir, que aunque Franco
hubiera acabado con todos los rojos, eso no habría impedido que los tuviéramos
ahora.
Volviendo al tema, como la estupidez humana
carece de límites, ha surgido el llamado movimiento 4B. nacido en el
seno de un movimiento feminista originado en Corea del Sur, se enfoca en el
rechazo a estructuras tradicionales que las mujeres consideran opresivas. Las cuatro
bes corresponden a los principios de no matrimonio heterosexual (bihon),
no maternidad (bichulsan), no citas románticas con hombres (biyeonae)
y no sexo heterosexual (bisekseu). Cruzando el Pacífico, el movimiento
llegó a Estados Unidos, donde se trataba de no mantener relaciones con varones
que hubieran votado a Donald Trump.
Como digo, semejante radicalidad sexual no asegura que sus practicantes vayan a desaparecer, aunque cabe imaginar que su número se reducirá radicalmente de forma paulatina, aunque sea sólo porque es cuestión de tiempo… literalmente.
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