Como dije hace unos días, hay una sola cosa que le falta al psicópata de la Moncloa para, al modo de Sauron con el Anillo Único, hacerse con el poder absoluto y sumir a España en una segunda oscuridad (o tercera, si contamos la segunda república como la primera y el gonzalato como la segunda) todavía más terrible que la anterior.
Y esa cosa es el control total, completo y omnímodo
sobre el Poder Judicial. Ese poder que, gracias a que su Consejo General fue
nombrado cuando él y su coalición Frankenstein no detentaban el poder, pudo resistir
lo que no estaba escrito. Y que, cuando ha sido renovado, nos depara algunas
sorpresas, siquiera sea en la forma, como el hecho de que la presidente del órgano
de gobierno de los jueces cometa la osadía de señalar que los ataques
del psicópata, cuestionando de forma generalizada la labor de jueces y magistrados
y atribuyéndoles un sesgo político -dime de qué me acusas y te diré de qué
adoleces, habría que decirle a Sin Vocales-, menoscaban la confianza de los ciudadanos en la Justicia y causan un grave daño institucional.
Que es, probablemente, lo que pretende el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario