lunes, 16 de diciembre de 2024

Similitudes y diferencias

En todos los pringados por el fango de la corrupción que mancha al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer se concitan dos defectos: codicia y cobardía. Quizá por casualidad, ambas palabras empiezan (co) y terminan (ia) igual.

Fue la codicia lo que les impulsó a aprovecharse de la desgracia de todo un país, a pactar con los enemigos de España, a respaldar a regímenes asesinos, a exigir prebendas para las que no tenían la más mínima cualificación o a cometer fraude para arramblar con los fondos públicos.

Y es la cobardía la que, o bien les hace callar cuando se les pregunta -porque contestar significaría admitir su culpabilidad-, si es que son políticos o miembros de su círculo familiar; o bien les hace cantar como canarios y reconocer el fraude cometido cuando son ciudadanos de a pie y no tienen detrás la estructura de un partido, como el de la mano y el capullo, que les proteja.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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