En el año siete del psicópata de la Moncloa, no todas las instituciones han caído bajo la férrea férula del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.
Como en las historias de Astérix, hay todavía
un puñado de irreductibles que resisten denodadamente y turban los sueños del
autócrata (aunque Sin vocales no le llegue ni a la suela de la sandalia
a Julio César).
Y entre esos irreductibles se encuentran los
miembros de los jueces y tribunales. No digo poder judicial porque, de
acuerdo con la Constitución Española, el Ministerio Fiscal forma parte (o así
podría deducirse de su inclusión en el Título VI) de dicho poder.
Y, así, la juez ha sacado los colores a la
Fiscalía por actuar como abogado defensor del teledirector de orquesta, calificándolo
de absolutamente extraordinario y señalando que los argumentos del
recurso del Ministerio Fiscal han resultado muy acertados a las defensas,
quienes evidentemente se han adherido al mismo.
Pero es que ya sabemos de quién depende el ministerio fiscal… ¿verdad?
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