Cuando alguien amenaza con tirar de la manta, lo más probable es que no lo haga, porque lo que busca es llegar a un trato con quien está debajo de la manta, esto es, el chantajeado, y si descubre el pastel, se acabó el chantaje.
En cambio, cuando alguien no amenaza, sino
que tira de la manta, y además inculpándose, con quien persigue hacer un trato
es con la autoridad judicial que le está encausando, ya que su objetivo es
reducir en lo posible su condena. Vamos, que no actúa en interés de la
Justicia, sino en interés propio.
Por eso, cuando Aldama se declaró dispuesto a tirar de la manta en el asunto de la trama Koldo al ser citado a declarar, de sus hechos se deducirían cuáles eran sus verdaderos objetivos: si callaba, buscaba pactar con el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer; si hablaba, con el instructor.
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