Estando en segundo de carrera, el examen de fin de curso para sacar matrícula de honor en la asignatura de Derecho Político II fue exponer el desarrollo de las elecciones generales desde la instauración de las mismas y la evolución posible. Mi juicio -tampoco había que ser un genio para ello, la prensa de derechas lo repetía constantemente- era que, mientras la izquierda se concentrara en el PSOE y la derecha concurriera en una sopa de letras, tendríamos gobierno de los de la mano y el capullo para rato.
A la viceversa, desaparecido -de momento- el
bipartidismo en España, cuantas más formaciones haya en la izquierda, teniendo
en cuenta que el partido de Ferraz parece tener un nivel estable de escaños
(Dios sabrá por qué), mejor para la derecha. Por eso, el leer que el divorcio
entre neocom y cocuquistas cumple su primer aniversario sin opciones a una futura alianza es casi el mejor regalo que alguien medianamente
preocupado por la situación política de España podría recibir en estas fechas.
A propósito (ya lo he dicho más veces en este blog): obtuve la matrícula de honor.
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