En alguna parte he leído que este quinto volumen es El imperio contraataca de esta saga… quizá solo por estar en mitad de la trilogía central (entonces única, luego segunda sin tercera), pero sin revelaciones tipo yo soy tu padre y, eso sí, con un cliffhanger de libro. Además de la mayor matanza espacial desde la destrucción de Alderaan. En resumen, estamos en el nudo de la trilogía nudo. A partir de aquí, las cosas han de empezar a resolverse, aunque queden cuatro novelas para ello.
Centrándonos en la novela en sí, presenta la
novedad de que la tripulación de la Rocinante se dispersa al principio del
volumen por todo el Sistema Solar (humanamente habitable, se entiende), y no se
reúnen hasta el final, permitiéndonos, mientras tanto, conocer parte de su
pasado antes de conocerse… al tiempo que vamos recuperando personajes
secundarios de las entregas anteriores.
En lo que se refiere a las connotaciones
mitológicas del título, Némesis era la diosa de la justicia retributiva, la
solidaridad, la venganza, el equilibrio y la fortuna. Castigaba a los que no
obedecían a aquellas personas con derecho a mandarlas y, sobre todo, a los
hijos que no obedecían a sus padres. Aunque en el lenguaje usual en español y
otros idiomas romances, hoy día se usa la palabra Némesis o némesis con el
significado de una venganza que ejerce justicia retributiva, o una persona que
es el principal enemigo de otra.
Es en este último sentido -por más que la novela esté escrita en inglés- en el que podríamos considerar que se emplea esta figura mitológica, como la retribución que los cinturianos de la Armada Libre aplican sobre aquellos que consideran que merecen su castigo: la Tierra, Marte y la Alianza de Planetas exteriores.
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