Será por las cosas que me han pasado este año -los que me conocen, las saben; a los que no, no les importan-, o por las fechas en las que nos encontramos, pero me ha dado por ponerme filosófico en esta la penúltima entrada de esta serie en el año en que nos encontramos.
Procrastinar nunca es una buena idea… y eso
lo dice alguien que es especialista en hacerlo. En cuestiones importantes,
trascendentes, es incluso mala. Pensar que siempre habrá tiempo, que tendrás ocasión
de hacerlo, que qué más da ahora que luego… es un error.
Hay cosas que hay que hacer lo antes posible,
sin esperar a mejor ocasión e incluso aunque no sean necesarias. Especialmente,
cuando no son necesarias. Como decir a tus seres queridos que los quieres, por
ejemplo.
Aunque ellos ya lo sepan.
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