sábado, 15 de marzo de 2025

Memeces

Lo malo de la jerga giliprogre es que carece hasta tal punto de un apoyo racional que, incluso cuando la frase es sencilla, uno tiende a buscar sentidos ocultos hasta conseguir volverse loco y no llegar a ninguna conclusión cuerda.

Tomemos una de las últimas afirmaciones de la titular de Mortandad, MoMiMeMa, que pedía a los médicos que prescriban inhaladores sostenibles. Y claro, aquí empieza el problema: ¿qué ha querido decir exactamente al añadir la palabrita talismán a la recomendación? Cabría pensar que busca que los inhaladores recetados se hayan fabricado con criterios ecológicos, no contaminantes, respetuosos con el medio ambiente… en fin, toda esa farfolla izquierdosa.

Pero, ¿cómo va a saber el facultativo que el inhalador A es sostenible, mientras que el B no lo es? ¿Habrá que incluir en el prospecto del dispositivo una historia de cuál ha sido su proceso de elaboración? ¿El médico deberá leérselo antes? ¿O se creará una agencia (chiringuito al canto, algo que le encanta a la izmierda) que certifique la sostenibilidad o insostenibilidad de los inhaladores?

Por otra parte, quien usa un inhalador es alguien que tiene problemas respiratorios. Eso quiere decir que el oxígeno llega con dificultad a sus células, por lo que tendrá menos energías y podrá hacer menos esfuerzos. La sostenibilidad del inhalador puede ser entonces algo tan simple como que sea ligero, diríase que hecho todo él de algodón, como cierto jumento literario.

Sí, ya sé, parece una tontería, pero con esta gente nunca se sabe…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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