Los secesionistas de la barretina odian que se les recuerde, siquiera de modo indirecto, que son tan españoles como el que más, que dentro de un ordenamiento constitucional como es teóricamente el español, todos somos iguales.
Incluso cuando se les hace un favor, ellos
protestan si también se les hace un favor a las demás regiones de España. Es lo
que ha pasado con la redistribución de la deuda de las comunidades autónomas
-eso que el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer
llama condonación: qué condonación ni qué niño muerto,
condonar es perdonar, y aquí lo único que ocurre es que se cambia el bolsillo
del cual saldrá el dinero-, que a los jotaporcatos no les gusta
y la tachan de café para todos.
Aunque ellos se lleven una garrafa y los demás un dedal.
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