La base de la defensa de la pareja del psicópata de la Moncloa es que todo lo que hizo fue por su carrera profesional. Lo que omiten astutamente es la evidencia de que, si no fuera la pareja de quien lo es, su carrera profesional sería más corta que el rabo de una boina y se habría desarrollado a la misma velocidad que la marcha de un caracol.
Porque si Begoña Gómez llegó donde ha llegado
no es por su gran inteligencia, por sus dotes oratorias o por su brillante
currículo. No: lo ha hecho por el hecho de que su marido es el presidente del
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer.
Y el que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil sospeche de su papel como interlocutora ante Moncloa en el diseño del rescate de Air Europa no debería ser sino otro clavo más en el ataúd penal de esta infame pareja.
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