Los argumentos de los marxistas nunca han sido muy allá. Cómo van a serlo, si son emitidos por quienes siguen una doctrina creada por quienes no tenían puñetera experiencia práctica en aquello sobre lo que estaban pontificando. Vamos, que toreaban de oídas.
La cosa ha ido a peor con los neocom españoles,
especie de burros titulados, de globos hinchados que sólo saben decir sandeces
que, a pesar de todo, encuentran un público dispuesto a comérselas con patatas.
Y buena prueba de eso es que Juanita Petarda, cuando le preguntaron la
razón de haber ocultado las denuncias por acoso sexual contra Pesetero, se excusara en el anonimato de las víctimas.
Pues en otros casos en que el acusado no era alguien de su cuerda no mostraron tanta comprensión…
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