jueves, 13 de marzo de 2025

Toma nísperos

Mi duda perenne sobre la izquierda española es cuál de sus dos rasgos más importantes -la maldad y la estulticia- es el predominante.

Cada vez que llego a una conclusión, se las apañan para hacerme dudar. Y luego están esos otros casos en los que resulta materialmente imposible dilucidar el tema, porque ambos defectos alcanzan tales cotas que escapan a mi pobre capacidad de medida.

Es el caso de los neocom: cuando estaban en el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer patrocinaron diversas medidas, ninguna de ellas buena o beneficiosa. Entre las de mayor repercusión se encuentra la ley Montero-Sánchez, conocida como ley del sólo sí es sí y que tenía por objeto declarado la protección de las mujeres contra la violencia sexual.

Como suele suceder cuando colocas a un inútil en un puesto de responsabilidad, la cosa no pudo salir peor, porque la consecuencia inmediata fue la reducción de penas a violadores y maltratadores, o su puesta en libertad; y no porque los jueces -hay más juezas que jueces, y me apuesto el cuello a que en los juzgados llamados de violencia de género la proporción aumenta- fueran machistas, heteropatriarcales o franquistas, sino porque la norma estaba hecha con el culo (y eso, siendo generosos en la valoración).

Pues bien, los neocom siguen debieron creerse aquello que dijo el psicópata de la Moncloa de que la ley suponía un hito de tal calibre que sería tomada como ejemplo por los demás ordenamientos jurídicos (quizá… pero más bien como ejemplo de lo que NO hay que hacer) y ha pedido dar el nombre de la fautora de semejante dislate a un centro contra la violencia sexual.

Hay que joderse.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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