Recuerdo una portada de ABC, dibujada por el genial Mingote. Debía ser la última época del gonzalato, cuando al vendeburras de Felipe González ya le veían las hechuras hasta los que llevaban las anteojeras ideológicas más tupidas. Pues bien, en el dibujo aparecían el a la sazón presidente del gobierno y un jumento hembra con evidentes dificultades ambulatorias. El picapleitos sevillano afirmaba Qué va a ser coja la burra… lo que pasa es que tiene andares cadenciosos.
En esto, como en tantas otras cosas, el
psicópata de la Moncloa no supone una novedad, salvo en los tiempos acelerados
que ha empleado. Porque se le ve el truco casi desde el principio, y por lo
tanto, tanto más groseras resultan sus mentiras.
Con la quita de deuda a Cataluña, camuflada
de quita a todas las comunidades autónomas, pasan dos cosas: no es una quita, porque
la deuda no desaparece, sino que es asumida por el Estado, es decir, por todos
los españoles; y que por condonar diecisiete mil ciento cuatro millones de euros a la esquinita nororiental de la piel de toro, carga a todos los
españoles (también a los catalanes) con ochenta y tres mil doscientos cincuenta y dos millones de deuda de todas las comunidades autónomas.
Algo así como dos mil euros por cabeza, seas un recién nacido o pases del siglo de vida.
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