jueves, 27 de marzo de 2025

Prometer hasta meter... y, una vez metido, nada de lo prometido

Una cosa que hay que reconocerle a los neocom es su capacidad de reinventar continuamente sus postulados.

Cuando únicamente aspiraban a tomar los cielos por asalto, juraban y perjuraban que si alguno de sus cargos se veía implicado -algo hipotético, irrealizable, imposible ontológicamente porque los izquierdistas son seres puros incapaces genéticamente de hacer algo reprobable- en cualquier delito, dimitirían.

Luego, cuando empezaron a tocar poder, y a verse implicados en escándalos de tipo legal, lo cambiaron por que sólo abandonarían el cargo cuando estuvieran siendo investigados.

Cuando empezaron a investigarles, retrasaron el hecho hasta ser imputados.

Cuando les imputaron, lo pospusieron hasta ser condenados.

Cuando les condenaron, un nuevo retraso les llevó a afirmar que la sentencia tenía que ser firme.

Y si la sentencia adquiría firmeza, no había problema, porque se trataba del fruto de una justicia fascista con resabios franquistas, además de machista y heteropatriarcal.

Con Pesetero no ha habido que llegar a tanto: los morados le mantienen como militante porque las denunciantes todavía no han decidido seguir con el proceso.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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