Alrededor de cinco mil páginas después, terminó la saga -iba a decir más larga, pero no sé si la de La torre oscura de Stephen King la supera… por ahí le andará; y ahora caigo en que el entramado Robots/Imperio/Fundación de Asimov también es considerable- de ciencia ficción que empecé pensando que era un solo volumen y que ha terminado siendo mi lectura desde la vuelta del verano (salvo ese primer volumen, que leí hace años).
La trama se ha ido complicando -en el buen sentido-,
con implicaciones morales, políticas y hasta filosóficas. Han surgido un montón
de personajes que luego han desaparecido sin dejar ni rastro (la predicadora
lesbiana, el hijo de Naomi). Al final, como suele suceder siempre, la trama de
miles de páginas se resuelve en apenas unas docenas. Y todavía quedan un montón
de cuestiones pendientes, que quizá es mejor que permanezcan en el misterio: ¿qué
ocurrió antes del comienzo de la saga? ¿Qué pasó durante los mil años que
transcurren entre el desenlace y el epílogo? O, parafraseando a Isaac Asimov,
¿qué sucede en los innumerables huecos, resquicios y espacios que hay entre las
distintas novelas?
Parte de lo anterior se narra en las distintas
historias contenidas en Memory’s Legion, volumen que, hasta donde sé, no
ha sido publicado en español.
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