El marxismo es una doctrina creada por dos personas que tuvieron poco o nulo contacto con la realidad que decían analizar, y seguida por una pandilla de sujetos completamente ciegos y sordos a todo lo que se salga de sus esquemas mentales.
Por eso, cuando un marxista por
fin condesciende a percibir la realidad, si es mínimamente inteligente y tiene
siquiera un adarme de honestidad intelectual, admitirá que estaba equivocado.
Es lo que le ha ocurrido a uno de los presuntos coautores de la tesis doctoral
del psicópata de la Moncloa, que de ser un decidido opositor a la energía
nuclear ha pasado a ser pronuclear.
¿La razón? Según él, ha visto las tripas de Red Eléctrica.
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