jueves, 10 de abril de 2025

Salta, salta, salta, pequeña langosta

Las personas que destacan en un campo determinado -sea este cual sea: del deporte a la política, del cine al arte- no tienen por qué ser considerados como referentes en todos y cada uno de los aspectos de la vida.

Ejemplo de lo que digo son la mayoría de los actores en general (y de los españoles en particular) que, salvo honrosas excepciones, opinan de todo lo divino y lo humano como si el Espíritu Santo les hubiera concedido el don de la omnisciencia.

Otro caso es del Ana Peleteiro, talentosa practicante del triple salto que, para ser gallega, suele hablar bastante clarito. Lo malo es que las cosas tan claras que dice suelen ser -a mi parecer- salidas de pata de banco, que uno no sabe si suelta por llamar la atención o por hacerse la víctima (o quizá tenga razón pero, como soy varón y blanco, no alcanzo a comprenderlo).

Las penúltimas tuvieron lugar tras el campeonato europeo en pista cubierta, que ganó la española. Según ella, aunque quieran acabar conmigo, siempre salgo más fuerte. Y no es así: casi nadie con dos dedos de frente quiere acabar con ella.

Nos basta con que no se le vaya la fuerza por la boca.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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