domingo, 6 de abril de 2025

Quod erat demonstrandum

En la fábula de la tortuga y la liebre, gana el quelonio por una combinación de perseverancia propia y soberbia estúpida del lagomorfo.

Algo parecido podría decirse de la instrucción de las diversas causas que rodean al psicópata de la Moncloa y al desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y que él preside. Miguita a miguita, los jueces instructores van armando el constructo de la acusación… ayudados en ocasiones por la estulticia de los investigados.

En el caso de la filtración de los datos sobre la pareja de la presidente de la comunidad autónoma de Madrid, el jefe de gabinete de Petisú -ese por el quien ella dice que pondría la mano en el fuego- admitió hace un mes la existencia de injerencias políticas en la inspección.

Ojo, que no digo que el investigado -me refiero a la pareja de Díaz-Ayuso- sea inocente, sino que lo que ésta dice sobre que se ha convertido en una caza al hombre para atacarla a ella es cierto. En un país normal, esto habría llevado a la dimisión inmediata -y, en su defecto, destitución fulminante- del titular del departamento ministerial afectado.

Pero España es diferente.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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