Hace aproximadamente un año, el psicópata de la Moncloa hizo dejación de funciones por cinco días para meditar, dijo, si merecía la pena seguir en la presidencia del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer ante el acoso judicial que estaba sufriendo su pareja.
Un año después, el psicópata sigue
donde estaba, la pareja sigue siendo objeto de investigación, investigación que
se ha extendido al entorno de la pareja, al hermano del psicópata, a medio
consejo de ninistros y a prácticamente cualquiera que haya tenido tratos
con ellos.
Nada nuevo bajo el sol, puesto que el de la mano y el capullo fue un partido con vocación de delinquir desde su fundación y desde entonces no ha variado ni un ápice.
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