martes, 2 de septiembre de 2025

Aquitania

Hasta donde recuerdo, la primera vez que me crucé con la figura de Leonor de Aquitania fue al ver la película El león en invierno (curiosamente, a pocos metros de donde he terminado de leer la novela que ganó el premio Planeta en 2.020, en el pueblo natal de mi padre). También fue la primera vez que me crucé -aunque no lo sabría hasta mucho después- con Anthony Hopkins, Timothy Dalton (vale, a éste quizá le hubiera visto en Centennial o en Flash Gordon, aunque el reconocimiento fuera, por así decirlo, retroactivo) y Nigel Terry… tengo que volver a ver esa película.

Por otra parte, hace tiempo le presté a un conocido la serie Los reyes malditos, de Maurice Druon. A mediados de Agosto me llegó su agradecimiento -innecesario, si le presto a alguien un libro (no digamos ya siete en sucesión) es porque, además de caerme bien, me fío de él- en forma de la novela que comento en esta entrada.

Confieso que ataqué la obra con cierta precaución. Desconfío de los autores españoles, no digamos ya sin escriben novela (pretendidamente) histórica… aunque, casualmente, el otro único premio Planeta que recuerdo haber leído es también una novela perteneciente (más o menos) a este género, No digas que fue un sueño, de Terenci Moix.

Cuando le comenté a uno de mis hermanos que sólo en el primer capítulo había, en sucesión, un asesinato, una violación múltiple con estupro y dos ejecuciones sumarias, su reacción fue decir que parecía Juego de Tronos. Una comparación quizá exagerada, como también otra que he leído por ahí, que la equipara a El nombre de la rosa, muy por debajo de la cual, en mi opinión, se encuentra.

La novela se lee bien, a lo que ayuda la acción incesante y la brevedad de los capítulos (sesenta y cuatro para cuatrocientas páginas escasas). En el lado menos favorable señalaría, primero, el forzar las cosas para que al final todas las piezas encajen y todos acaben siendo parientes en mayor o menor grado, incluido (como quien dice) uno que pasaba por allí; y después, esa alusión que hace la autora de encontrarse ante la tumba de la protagonista y prometerle escribirle un libro, porque semejantes proclamas siempre resultan demasiado literarias como para ser espontáneas (y reales).

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: