Según los sondeos practicados por el Chiringuito de Invenciones Sanchistas, el partido de la mano y el capullo ganaría las elecciones (ojo, que no digo volvería a ganar porque, por mucho que se empleen todos los voceras del partido, con Pili Sonrisas a la cabeza, quien ganó las últimas fue el Partido Popular)… de donde no se explica que el psicópata de la Moncloa no convoque elecciones pero ya, para así aumentar la mayoría parlamentaria de la coalición Frankenstein.
Pues debe ser que todos los que le votarían
se quedan en su casa, porque no hay manera de que el psicópata o la hija del
proxeneta de homosexual pisen la calle sin que les llamen de todo menos bonitos
(merluzos, besugos, incluso atunes, quizá, pero bonitos no). Da lo mismo que
vayan al cine a ver el bodrio ahistórico perpetrado por uno de sus directores
de cabecera o que se trate de una reunión internacional, nadie les quiere cerca.
Porque cuando drones rusos violaron el espacio aéreo polaco y Polonia derivó esos drones, su primer ministro declaró
que estábamos en el momento más cercano a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial, y convocó a una reunión con los aliados para tratar el tema…
pero dejó fuera al hermano del teledirector de orquesta.
Y mientras, al otro lado del Atlántico le
cantaban las del barquero, al indicar que las medidas contra Israel del desgobierno
socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer envalentonan a los terroristas. Y ya sabemos que es política estadounidense no negociar con
terroristas.
Ni, probablemente, con quienes simpatizan con ellos.
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