Hace casi un año, un desastre se abatió sobre la comunidad valenciana en forma de riada. Innumerables víctimas y cuantiosos daños fueron el resultado.
Desde entonces, las dos administraciones principales
-el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer y el
consejo regional de gobierno- se han dedicado a tirarse los trastos a la cabeza
y echarse las culpas unos a otros.
Y si bien es cierto que Carlos Mazón estuvo
desaparecido las primeras horas de la emergencia, no es menos cierto que Pedro Sánchez
regateó medios humanos y materiales para la reconstrucción (si quieren
ayuda, que la pidan entró directamente al top ten de las frases más
infames de un sujeto ya de por sí despreciable) y que las ayudas han llegado
con cuentagotas (y con obligación de tributar, que manda narices).
Y si casi desde el principio se supo que la
no limpieza de los cauces -por ejemplo-, resultado de un ecologismo mal
entendido y peor aplicado, multiplicó el efecto destructivo de la inundación,
ahora se ha sabido que la Agencia Estatal de Meteorología pronosticó que la
DANA de Valencia iba… hacia Cuenca.
Los meteorólogos, esa gente a la que se paga aunque metan la pata una y otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario