En economía, como en casi todo, sólo hay -generalizando- dos posibilidades. En el caso de la sabia administración de recursos escasos, como me la definieron en primero de carrera, esas dos alternativas son (con matices y graduaciones intermedias, claro) el libre mercado y el intervencionismo.
Ya lo dijo Adam Smith hace cosa de tres
siglos: el mercado viene a regularse él solo (por medio de esa mano
invisible que, lógicamente, nadie ha visto nunca), por lo que meter mano en
el mismo no puede, salvo en caso de extrema necesidad, traer nada bueno.
Y el ejemplo lo tenemos ahora mismo en Europa: mientras una Alemania intervencionista retrocede, una Irlanda donde prima la libertad económica se encuentra en un momento de pujanza.
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