Hay titulares que no son noticia. Por ejemplo, el siguiente: Estupor ante la última incoherencia de Pablo Iglesias e Irene Montero: llevan a sus hijos a un colegio privado.
Y es que el hecho es sólo incoherente si se comparan
las palabras de los marqueses de Villa Tinaja con su modus vivendi.
Desde el principio, han predicado una cosa y han practicado exactamente la
contraria, por lo que cabría decir que son profundamente coherentes en su
incoherencia vital.
Pero es que, además, no hacen más que seguir el
ejemplo de los padres fundadores del comunismo -como han hecho
prácticamente todos los líderes que han enarbolado la bandera de la hoz y el
martillo-, el jeta vocacional y el hijo de papá, y de ahí en adelante, del
primero al último: Lenin Stalin, Mao, Castro, Guevara, Chávez, Maduro, Ortega o
Carrillo.
Por eso, que lleven a sus hijos a un colegio no público que es un ecocentro, con menú que incluye tofu en adobo, y
nocilla casera para merendar no es, ni mucho menos, el acabóse.
Es, como diría Mafalda, el continuóse del empezóse.
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