Ya cuando apareció el concepto de la corrección política, hace la torta de años, me pareció una soberana soplapollez. Y como con el tiempo nada, salvo los buenos vinos, mejora, la cosa ha ido a peor.
Hace un año, el Parlamento Europeo -anda que no tendría cosas mucho más importantes de las que ocuparse- sacó un glosario de lenguaje políticamente correcto, en el que junto a algunas cosas lógicas hay verdaderas tonterías. Paso a comentar las que recoge el artículo.
En lugar de diabético, debería decirse persona con diabetes: como tengo familiares y conocidos que padecen esta enfermedad, creo tener un cierto conocimiento del tema, y en ningún caso se identifican a sí mismos como persona con diabetes, sino como diabéticos.
En lugar de cambio de
sexo, debería decirse transición de sexo: esto está muy bien, pero la
transición es el proceso por el que se produce el cambio. Es decir, el cambio
es la consecuencia de la transición. Además, ¿no habíamos quedado que lo de sexo
estaba superado, y que ahora lo que se lleva es el género?
En lugar de caucásico
debería decirse persona blanca: supongo que querrán decir de raza
blanca, salvo que cualquier ser humano, sea de la raza que sea, se convierta
en caucásico cuando se pone blanco (de miedo, por ejemplo). Aquí sí que
estaría de acuerdo… si no fuera porque lo de caucásico, etiópico,
mongoloide y demás hace tiempo que dejaron de usarse. El Parlamento
llega tarde.
Luego están las
afecciones físicas: el Europarlamento Europeo rechaza utilizar términos como discapacitado,
persona discapacitada minusválido, persona con minusvalías, inválido, persona
con defectos congénitos o de nacimiento, persona con una malformación, cojo,
tullido, lisiado, ciego, tartamudo. En su lugar, aboga por usar persona con
discapacidad, persona con una discapacidad congénita o de
nacimiento (hasta aquí aceptamos pulpo, aunque lo de persona que,
persona con, chirría), usuario de muletas/de un bastón/de un escúter de
movilidad/de un andador (¿qué pasa con los que, como cierta amiga, se hayan
lesionado y tengan que utilizar muletas hasta que les suelde la fractura?) o -el
artículo no menciona la alternativa para los invidentes- persona con una
dificultad del habla (¿qué pasa con los gangosos, por ejemplo?).
También considera inapropiado
decir sexo biológico, transexual, drag queen, cambio de
sexo, relación o pareja homosexual o matrimonio homosexual, y
aboga por emplear, respectivamente, sexo asignado (… por la biología, es
de suponer; ¡qué insensible es la biología!), persona trans, persona
transgénero (y dale la burra al trigo con las personas), transición
(ver lo dicho anteriormente sobre el mismo tema), relación de personas
del mismo sexo, pareja de personas del mismo sexo (más personas… esto se
está convirtiendo en algo extremadamente personal) y matrimonio igualitario (parece
ser que el matrimonio de toda la vida no es igualitario, al menos para
sus euroseñorías).
Finalmente, en el
apartado relativo a los grupos étnicos, las migraciones y la religión, a
los clásicos a evitar negro o moro se añaden inmigrante de
segunda/tercera generación, aconsejan utilizar minoría
racial/étnica/religiosa (¿los negros son minoría en Sudáfrica, o los
moros en Mauritania? Creo que no…), persona de origen migrante (serían
de ese origen sus padres o abuelos), descendiente de personas que migraron
(más perífrasis). En lugar de mulato, lo apropiado sería decir persona
birracial, persona multirracial o mestizo (pero, cuando yo
estudié en el colegio, un mulato era el hijo de blanco y negro, mientras que un
mestizo era hijo de blanco e indio, siendo el zambo el hijo de negro e indio…
estoy usando el masculino neutro, conste).
Así pues, a sus
euroseñorías que les sodomicen, que les den por el orto, que les penetren por
donde amargan los pepinos (quizá con un pepino). Que les den por el culo, vamos.
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