jueves, 10 de marzo de 2022

Que se vayan a escardar cebollinos

Ya cuando apareció el concepto de la corrección política, hace la torta de años, me pareció una soberana soplapollez. Y como con el tiempo nada, salvo los buenos vinos, mejora, la cosa ha ido a peor.

Hace un año, el Parlamento Europeo -anda que no tendría cosas mucho más importantes de las que ocuparse- sacó un glosario de lenguaje políticamente correcto, en el que junto a algunas cosas lógicas hay verdaderas tonterías. Paso a comentar las que recoge el artículo.

En lugar de diabético, debería decirse persona con diabetes: como tengo familiares y conocidos que padecen esta enfermedad, creo tener un cierto conocimiento del tema, y en ningún caso se identifican a sí mismos como persona con diabetes, sino como diabéticos.

En lugar de cambio de sexo, debería decirse transición de sexo: esto está muy bien, pero la transición es el proceso por el que se produce el cambio. Es decir, el cambio es la consecuencia de la transición. Además, ¿no habíamos quedado que lo de sexo estaba superado, y que ahora lo que se lleva es el género?

En lugar de caucásico debería decirse persona blanca: supongo que querrán decir de raza blanca, salvo que cualquier ser humano, sea de la raza que sea, se convierta en caucásico cuando se pone blanco (de miedo, por ejemplo). Aquí sí que estaría de acuerdo… si no fuera porque lo de caucásico, etiópico, mongoloide y demás hace tiempo que dejaron de usarse. El Parlamento llega tarde.

Luego están las afecciones físicas: el Europarlamento Europeo rechaza utilizar términos como discapacitado, persona discapacitada minusválido, persona con minusvalías, inválido, persona con defectos congénitos o de nacimiento, persona con una malformación, cojo, tullido, lisiado, ciego, tartamudo. En su lugar, aboga por usar persona con discapacidad, persona con una discapacidad congénita o de nacimiento (hasta aquí aceptamos pulpo, aunque lo de persona que, persona con, chirría), usuario de muletas/de un bastón/de un escúter de movilidad/de un andador (¿qué pasa con los que, como cierta amiga, se hayan lesionado y tengan que utilizar muletas hasta que les suelde la fractura?) o -el artículo no menciona la alternativa para los invidentes- persona con una dificultad del habla (¿qué pasa con los gangosos, por ejemplo?).

También considera inapropiado decir sexo biológico, transexual, drag queen, cambio de sexo, relación o pareja homosexual o matrimonio homosexual, y aboga por emplear, respectivamente, sexo asignado (… por la biología, es de suponer; ¡qué insensible es la biología!), persona trans, persona transgénero (y dale la burra al trigo con las personas), transición (ver lo dicho anteriormente sobre el mismo tema), relación de personas del mismo sexo, pareja de personas del mismo sexo (más personas… esto se está convirtiendo en algo extremadamente personal) y matrimonio igualitario (parece ser que el matrimonio de toda la vida no es igualitario, al menos para sus euroseñorías).

Finalmente, en el apartado relativo a los grupos étnicos, las migraciones y la religión, a los clásicos a evitar negro o moro se añaden inmigrante de segunda/tercera generación, aconsejan utilizar minoría racial/étnica/religiosa (¿los negros son minoría en Sudáfrica, o los moros en Mauritania? Creo que no…), persona de origen migrante (serían de ese origen sus padres o abuelos), descendiente de personas que migraron (más perífrasis). En lugar de mulato, lo apropiado sería decir persona birracial, persona multirracial o mestizo (pero, cuando yo estudié en el colegio, un mulato era el hijo de blanco y negro, mientras que un mestizo era hijo de blanco e indio, siendo el zambo el hijo de negro e indio… estoy usando el masculino neutro, conste).

Así pues, a sus euroseñorías que les sodomicen, que les den por el orto, que les penetren por donde amargan los pepinos (quizá con un pepino). Que les den por el culo, vamos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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