Cuando uno cree que la estupidez humana ya no puede alcanzar nuevos límites, llega la llamada corrección política y los rebasa ampliamente.
Hace un par de meses
saltó la noticia de que en la versión con actores que Disney planea hacer de su
clásico Blancanieves y los siete enanitos, la productora había prometido
realizar un enfoque diferente de los siete coprotagonistas, cambiándolos
por criaturas mágicas. Todo ello debido a las críticas de PeterDinklage.
El señor Dinklage es un
actor de categoría; diría de gran categoría, pero seguro que alguno se me molesta. En el plano meramente físico, padece de acondroplasia. Es lo
que, en un mundo menos lleno de ofendiditos, se ha llamado siempre un
enano: sin ánimo peyorativo u ofensivo, sólo descriptivo. Pero, eso sí, no pasa
nada porque interprete el personaje principal en la última versión de Cyrano
de Bergerac. Estoy esperando a que los narigudos se manifiesten por apropiación
cultural, o algo semejante.
Mientras tanto, me entretendré comiendo gominolas enanas… ¡Huy, no, que ese nombre también ofende! Mini gemas, quería decir.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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