Lo de llamar necionanistas a los secesionistas catalanes no es más que una manera de reflejar, del modo más gráfico y, quizá por eso mismo, más ofensivo posible (aunque no ofende quien quiere, sino quien puede… pero no va a ser por no intentarlo, ¡qué demonios!), la tendencia que tienen los de la barretina (mental) a considerarse el centro del Universo, la créme de la créme, la quintaesencia de todo lo que es mejor y más importante. El mirarse el ombligo, por decirlo corto y claro.
El hecho de que el
consejo regional de gobierno de Cataluña haya decidido dejar para el final de las ruedas de prensa las preguntas en español pretende ser, supongo yo, un
desaire -otro más- al único idioma que todos los españoles tienen el derecho a utilizar
y el deber de conocer.
Es decir, su intención
es contestar únicamente preguntas hechas en ese dialecto del occitano que se hablaba
en Barcelona. Con lo que manifiestan, de forma palmaria, que hablan sólo para
su parroquia, para los suyos, para los que piensan y actúan como ellos.
Les diría que tuvieran
cuidado, que ya se sabe que la endogamia conduce a la degeneración (podría hablar
de la familia de Chistorra, pero vamos a dejarlo pasar), y que el azuzar
a las fieras a veces provoca que éstas te devoren. Pero, bien pensado, no les
digo nada.
Así les den.
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