No digo que haya una relación de causa a efecto, pero cuando Casado (y Teodoro) hacía y deshacía en el PP, y la línea de actuación era la confrontación con Vox -el único aliado natural de una cierta entidad-, las perspectivas electorales disminuían.
Y cuando han echado a
Casado y traído a Núñez Feijoo -que tampoco es que sea precisamente la bomba,
puesto que sigue en Galicia una política lingüística que tiene más lazos de los
que sería deseable con la que siguen los golpistas en Cataluña-, las encuestas dicen
que el PP recupera votos… pero no a costa de Vox, por lo que la posibilidad de una mayoría absoluta de derechas vuelve a acercarse.
Claro, que luego uno lee los comentarios a la noticia y van desde la conjura judeomasónica al delirio psicodélico. Al final, la única encuesta verdadera es la que hacen las urnas.
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