Uno tiende a olvidarlo, pero muchos de los terroristas de Tierra Libre, cuando se disolvió la organización, se integraron en Izquierda Republicana de Cataluña… que tampoco es que, a lo largo de su historia, se haya caracterizado precisamente por ser unos apóstoles de la no violencia, que digamos. Que se sentirían como en casa, vamos.
Por eso, no es de
extrañar que se hayan unido en una alianza estratégica con los del hacha
y la serpiente. Resulta irónico, o tristemente premonitorio, que los dirigentes
de ambos grupos compartan otra semejanza: a uno le apodaban el gordo en
los tiempos en los que era un terrorista en activo, y el otro… el otro está
como un tonel.
Que viven en un mundo de
delirios, quizá inducidos por el chacolí o el cava, lo indica el hecho de que
comparen a España con Rusia. Nada más lejos de la realidad, porque en Rusia, ya
desde tiempos de los zares, a los separatistas -no hablemos ya si son
terroristas y, además, tienen delitos de sangre- se les trataba con miramientos,
los justos.
Es decir, ninguno: destierro o matarile, y a otra cosa, mariposa.
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