sábado, 5 de marzo de 2022

Crisis en el PP (6)

Uno de los políticos populares mejor valorados, tanto por propios como por extraños, era el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.

Su desempeño discreto y poco dado a estridencias, al tiempo que eficaz, tanto durante la pandemia como con Filomena, hizo bastante difícil que sus adversarios (externos, pero también internos -como dijo Konrad Adenauer, Hay tres tipos de enemigos: los enemigos a secas, los enemigos mortales y los compañeros de partido; como señaló Giulio Andreotti, En la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido-, y uno no sabe cuáles tienen más peligro) encontraran argumentos para atacarle.

La cosa empezó a torcerse (le) cuando aceptó el puesto de portavoz nacional del PP: desde fuera, ya que no podía atacársele por su actuación como primer edil de la Villa y Corte, se iba contra él en tanto que hombre de partido; desde dentro, porque eso le colocaba, en cualquier posible conflicto o controversia, del lado de la dirección nacional (al modo de Bertrand du Guesclin, ni quitaba ni ponía, pero apoyaba a quien le había nombrado para el puesto).

Por eso, cuando hace un par de semanas empezaron a arreciar los vientos de que la pugna de Casado contra Ayuso se encaminaba a un desenlace definitivo y no pacífico, el portavoz anunció… que quería dejar de serlo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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