Alemania (entonces la República Federal de Alemania, por oposición a la llamada Democrática) fue el primer país de Europa Occidental (supongo que también del mundo) en el que los llamados partidos verdes -por otro nombre ecologistas sandía, verdes por fuera y rojos por dentro- alcanzaron cierta relevancia, y de nuevo donde han alcanzado el gobierno nacional (bien que en un ejecutivo de coalición, porque ni siquiera los alemanes están tan chalados).
Sin embargo, de poco parece haber servido: como buenos izquierdistas, predican una cosa y practican la contraria. Y mientras abominan de la energía nuclear y defienden las llamadas renovables, resulta que la producción germana de carbón ya es mayor que la de China e India, dos de los países que más contaminan en todo el planeta.
Pero, cabezas cuadradas como son los germanos, no creo que rectifiquen... al menos, a corto plazo.
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